El Café Bar Catunambú de Arahal cumple 65 años

  • Actualmente trabajan juntas la segunda y tercera generación de los fundadores 
  • «¿Quién del pueblo no ha entrado aquí?», pregunta Agustín Ojeda, uno de los propietarios
Equipo actual del Café Bar Catunambú de Arahal. | Imagen: MedialTV

El céntrico Café Bar Catunambú de Arahal cumple 65 años. Un aniversario que pilla al establecimiento dando los buenos días, como es costumbre, entre cafés, tostadas y aceitunas prietas -que es el tiempo- . «Un café malo es lo peor que te puede pasar en el día», sentencia Agustín Ojeda, uno de los propietarios. Muchos cafés buenos se han servido desde que el establecimiento abrió en la zona de la Plaza Vieja en 1957.   

Por aquellos años, la empresa cafetera lanzó una campaña para la apertura de franquicias por todas las localidades de Andalucía. En Arahal, el representante era José Oliva, ‘el Limpio’, y les propuso a Antonio Ojeda Ontanilla y su hermano Pepe que entrasen de camareros. Los Ojeda trabajan en aquel momento en la cocina del Casino y decidieron embarcarse en el nuevo proyecto que se les propuso. Tan solo unos meses bastarían para que el dueño viera la maestría de ambos tras la barra para que la gestión plena pasara a ellos. 

A la izquierda de la foto, José Oliva, representante de cafés Catunambú en Arahal y primer propietario del bar arahalense.| Imagen: Catunambú

Los tiempos y la sociedad cambia, y con ello, los ritmos también. Agustín recuerda cómo el consumo de aguardiente ha ido cayendo -que en un principio se bebía hasta el mediodía- mientras que el café ha ido aumentando. Este, uno de los hijos de Antonio que aún está en el negocio, enumera las tres etapas por la que este bar ha pasado. En un primer momento se alternaba el café, aguardiente y tabaco de picadura con la mesa de billar, futbolín o juegos de apuestas como las siete y media o giley -‘sin ley’, para la gente de Arahal-. Los años 90 fueron de cabios, ya que el edifico se transformó por completo abandonando los juegos para convertirse en café-bar, entrando en el mundo de la hostelería local. La época más reciente, que llega hasta la actualidad, se volcaron por completo con los desayunos y el café por las tardes, además de churros. 

Actualmente trabajan juntas la segunda y tercera generación, todo un orgullo para esta familia de seis hermanos donde todos «han echado los dientes aquí«, comenta Agustín orgulloso. Se refiere de esa manera tan odontológica al trabajo allí de todos los hijos y nietos.

 

La pandemia, en un primer momento, propició un futuro oscuro por la incertidumbre de esos momentos: «Pensábamos que esto iba a desaparecer». Afortunadamente, volvieron y desde entonces siguen con el servicio de siempre, pero con las actuales normas sanitarias. Actualmente, durante una mañana, pueden servir alrededor de 300 cafés aproximadamente

 

Clientes de Arahal y foráneos

Pepe Sotillo es uno de los clientes que acude a su particular cita del desayuno todos los días desde que abrió el bar. Es uno de los clientes que comienzan el día en una de las mesas con una tostada. «¿Quién del pueblo no ha entrado aquí?», se pregunta Ojeda.  Asimismo, recuerda la gran cantidad de cafés que servían ‘a domicilio’ a los puestos de la Plaza de Abastos, a la Notaría, Hospital de la Misericordia, incluso hasta la antigua cooperativa panadera en la calle Harina. Al hilo de esto, recuerda que este bar fue, durante mucho tiempo, lugar de encuentro y reuniones de todo el gremio de los obradores de pan de la localidad.  

No solo por Catunambú han pasado vecinos, también una larga lista de personajes públicos han tomado alguna tostada o café como Cardeñosa, José Meneses, Luis del Sol, Pepe Sacristán, Rafael Cremades o Modesto Barragán. Mientras enumera la lista, Agustín señala a las mesas y comenta que todos los grupos de la localidad entran para desayunar: desde los catequistas, concejales, trabajadores de la construcción o comerciantes, por ejemplo. 

 

Desayuno arahalense con aceitunas prietas.

 

Aceitunas prietas y televisión de Arahal

Sin duda, a Catunambú le pasa como al resto de pocos bares que pertenecen al club selecto de ofrecer aceitunas prietas con el desayuno: que estas se convierten en el producto más codiciado. Por ello, recibe visitas de personas de Sevilla, Marchena o Paradas para desayunar allí y degustar esta variedad de aliño autóctono. El ambiente para el desayuno o el café vespertino se acompaña con la televisión local. Catunambú fue el primer bar en tener MedialTV y que hace que algunos clientes pasen más tiempo de desayuno en la mesa mirando la programación. Sobre esto, Agustín ilustra que sirve de referencia en eventos como la Semana Santa o en las Glorias para saber por qué lugar va el paso o por dónde van los corredores en la Cal y el Olivo mientras se toman un café. 

El tiempo vuela y parece que era ayer cuando celebraron medio siglo de vida. Hoy, quince años más tarde, encaran este aniversario con más ganas para seguir ofreciendo sus particulares buenos días. A por otros 65 años más. 

Eugenio Jiménez L.

Redactor de MedialTV. Presenta los programas "De Tarde en Tarde", "Nuestra Gente" y "Horizonte Cultural" en la televisión de este medio.

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