Pasar el verano en Arahal entre pinceles y lienzos
- Este curso, que cuenta con más de dos décadas, congrega a una centena de vecinos de todas las edades
- Es uno de los buques insignia de la Peña Cultural Cruz de la Cava
La canícula que se ensalza contra la campiña en estos días provoca la reducción del ocio en Arahal, sin contar con el casi desierto en el que se convierte el pueblo entre los días posteriores a la Magdalena hasta la semana de preferia. Sin embargo, algunas actividades consiguen ofrecer un verano distinto a los vecinos como es el caso de los cursos de pintura. Este año alcanzan la centena de inscritos, muchos de ellos, alumnos de otros años que repiten la experiencia.
La cita supera las dos décadas en el almanaque arahalense. La apuesta por esta actividad desde la Peña Cultural Cruz de la Cava, personificada en Eduardo Cortés, es clara desde hace años. Las clases se imparten en la planta alta del Centro Cívico en distintos turnos conducidos por dos profesoras tituladas. Enri López, una de las responsables, lleva casi todas las ediciones enseñando a pintar a jóvenes y mayores. Aunque la pintura requiere tranquilidad, la unión en una misma sala de edades tan distintas propicia ese ruido de fondo que, haciendo referencia a la estación, recuerda al de un ventilador: que no molesta, pero te dice que está ahí.
Entre risas, charlas y el sonido del enjuague de los pinceles en los tarros de cristal se desarrollan las clases. Los primeros días tienen contacto con el carboncillo, con las proporciones y volúmenes para, después, empezar con los lienzos y el color. Las técnicas se adaptan al alumnado, aunque como explica López, la acuarela o el acrílico son los más propicios para los más jóvenes.
Beneficios
La mezcla de edades y sus respectivos gustos aporta una ambiente ecléctico de colores y perspectivas: desde algún protagonista de Disney hasta un paisaje o un retrato. Y esa combinación es una de las claves: la intergeneracionalidad unida a la transmisión de valores como el orden y la disciplina.
El verano es el momento del año en el que los jóvenes se evaden de la rutina -cada vez mayor, pese a su corta edad- y buscan desarrollar más el hemisferio derecho, la parte del cerebro que promueve la imaginación y creatividad. De ahí otro de los beneficios principales de estas lecciones, como apunta la profesora Eli Gallego.
La finalización de estas clases se verá fructificada en la, tradicional, exposición que se organiza a mediados de septiembre en la Casa de la Cultura donde se verán los resultados artísticos obtenidos.
Poco espacio para tan alta demanda
Tras la inauguración del Museo Monográfico de aperos ancestrales que la propia entidad cultural realizó por completo hace unos meses, el espacio destinado a los talleres se han visto drásticamente reducidos. Los cursos se imparten en una sala de dimensiones irrisorias ante la afluencia que tienen los talleres de pintura y cerámica tanto en invierno como verano. Además, esa misma sala sirve de almacén. El trabajo con productos químicos como el aguarrás en un espacio sin la ventilación correcta y que congrega a tantas personas es otra de las preocupaciones que han trasladado al Ayuntamiento. Por ello, solicitan la instalación de un circuito de renovación de aire, como el que tienen trenes o aviones.
Redactor de MedialTV. Presenta los programas «De Tarde en Tarde», «Nuestra Gente» y «Horizonte Cultural» en la televisión de este medio.