De Arahal al Rocío: las vivencias de Joaquín Sánchez

Joaquín Sánchez, «el Tapi», enseña su medalla de Morón. Imagen: MedialTV

El protagonista de hoy ha sido otro de los muchos que han dado cuenta de la hospitalidad de Arahal y de cómo te puedes sentir “del pueblo” sin nacer aquí.

Joaquín Sánchez (Morón de la Frontera, 1954) lleva décadas viviendo en la localidad y disfrutando de su gente, sus fiestas y calles. Aunque en su pueblo adoptivo no hay presencia de una hermandad del Rocío, durante veinte años hizo el camino junto a varios vecinos con la Hermandad del Gran Poder de Dos Hermanas. Esta se realiza semanas después de Pentecostés y caminan mochila al hombro desde la localidad nazarena hasta la aldea almonteña. Cada año que acudía, la pasión por la romería aumentaba.

Así que decidió en el 2000 hacerse miembro del grupo de rocieros de su pueblo natal. Ese mismo año, la agrupación parroquial fue erigida canónicamente como Asociación Pública acercándose más al sueño de convertirse en filial, pero para eso quedarían aún ocho años de vivencias y crecimiento.

Rociero de Morón

Durante dos legislaturas fue primer alcalde de carretas con Reyes Flores como hermana mayor y más tarde con Manuel Solano. Este cargo es de los más importantes dentro de la romería puesto que desde que la comitiva sale de la Parroquia de San Miguel, el grupo de los alcaldes y auxiliares, se encargan del correcto discurrir de la peregrinación. Antes de Pentecostés, este grupo se dedica a visitar todas las paradas de sesteo y pernocta (descanso del mediodía y noche, respectivamente) para señalizar el lugar de descanso de los peregrinos aruncitanos, además de preparar otros menesteres de cara a los nueve días que pasa la filial fuera de la localidad.

Dentro de la corporación, este es un grupo que “no vive el Rocío, sino que trabaja para el Rocío”, ya que se encargan de que nada falle y, en el caso de que ocurriese, son los primeros en actuar: desde un retraso de la comitiva, una avería en un tractor o el trasladado al puesto médico más cercano de cualquier hermano que lo necesite.  

Ahora, ostenta un cargo auxiliar y eso le permite vivir con más tranquilidad el camino. Disfruta mucho de su “familia rociera”, como llama a todos sus amigos de la Hermandad. “El Rocío hermana mucho”, dice acordándose especialmente de su carriola conocida como la de “La Patriarca” de la moronense Chari Ayala que comparten junto a nueve amigos más sus momentos de camino.

Algunos momentos de sus caminos: (izq.) Joaquín junto al ‘Simpecao’ de Morón; (dcha. arr.) La carriola de «la Patriarca». (dcha. abaj.) Joaquín con algunos amigos en el camino.

Estos últimos años, Joaquín es el encargado de llevar el conocido como “patín”, este es el transporte donde va montada la carreta del Simpecao que se lleva desde Morón hasta Coria del Río para comenzar allí el camino. Todo un rivilegio y responsabilidad de llevarlo.

Vivir intensamente el Rocío

En más de una ocasión, algún vecino de Arahal le ha pedido hacer el camino y él, haciendo gala de hospitalidad rociera y de la cercanía que lo caracteriza, ha invitado a amigos que han vuelto con la sorpresa al vivir la romería por ellos mismos, lejos de tópicos. “Quien quiera saber lo que es el Rocío de verdad, que venga con Morón”, sentencia.

El Quema o la presentación en Villamanrique son de los momentos más especiales en su peregrinaje. A raíz de esto, también tiene un especial recuerdo a Sebastián de Arahal, ya desaparecido, que acompañaba de tractorista durante varios años.

Joaquín delante de la carreta en la veneración extraordinaria del 2021.

Mientras dice que no tiene palabras para lo que significa llegar a la Aldea, un atisbo de una lágrima intenta aparecer en medio de la conversación. Sin duda, los kilómetros que separan a Morón de El Rocío dan para mucho. “Mientras vas andando con el Simpecao no te das cuenta de nada porque vas disfrutando y siempre hay gente que necesita de tu apoyo o tú de esa persona”, confiesa porque dice que lo realmente malo están siendo estos días sin romería. Aún así es tajante con sus vivencias con respecto a la peregrinación: “El Rocío es lo mejor que hay”, concluye.

Joaquín, “el Tapi”, se da a querer y ello le hace tener una importante nómina de amigos dentro de su hermandad de la que ya es toda una institución. Hoy, lunes de Pentecostés, nada puede quitar del pensamiento a este rociero ‘arunciarahalense’ -podríamos inventar ese término-  lo vivido y la esperanza de que volverá ese camino que va desde Morón al Rocío, pasando por Arahal.  

Eugenio Jiménez L.

Redactor de MedialTV. Presenta los programas "De Tarde en Tarde", "Nuestra Gente" y "Horizonte Cultural" en la televisión de este medio.

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