Una lotería llena de salud para Arahal

Llegó, por fin, una de las jornadas más esperadas de este 2021. Como anunciaba MedialTV hace unos días, el 15 de febrero estaría marcado en los almanaques de los vecinos de Arahal y Paradas mayores de 80 años porque comenzaba la vacunación, su ansiada vacunación.

Todo estaba preparado a primera hora de la mañana: las vallas colocadas, los nervios del equipo sanitario, las ilusiones de los familiares y algún que otro nerviosismo entre los citados para vacunar. Las inoculaciones empezarían a las nueve de la mañana. Por ese motivo, mucho de los citados a primera hora estaban en el Centro de Salud puntuales. Desde el centro sanitario comunicaban que serían 118 vacunas Pfizer. En un principio se repartirían entre técnicos de ayuda a domicilio mayores de 55 años y ancianos, sin embargo, el Área de Gestión Sanitaria Sur, del que depende las vacunaciones, aplazó hasta el día 19 de febrero ese momento para estos profesionales.

 

Retraso de la vacuna

Los nervios cada vez eran mayor, a la vez que aumentaba el tiempo de espera. Las cosas de la logísticas y del control de un bien tan preciado hizo que la vacuna se retrasase más de media hora de lo esperado. Concretamente, a las 09:42 horas entraba la nevera con las dosis al centro de salud en un ambiente de positivismo y alegría callada. Suena anecdótico, pero la ambulancia que traía las vacunas era conducida por el arahalense David Rodríguez. Él estaba en casa y era el primer embajador de la vacuna con los mayores de su localidad y Paradas.

Comienzo de la vacunación

Tras esperar los veinte minutos de rigor tras la puesta de la inyección, salía la primera vacunada a las 10:15 horas. Su nombre era Josefa Rodríguez, a sus 94 años, se sentía feliz y decía que no le había dolido. Iba acompañada por sus hijas que, pese a la mascarilla, solo con verles los ojos se intuía una gran sonrisa.  La segunda dosis para los vacunados de ayer se espera para el ocho de marzo.

Se recomendó que las vacunaciones se realizarían en el coche, por eso, un entrar y salir constante de enfermeros formaba parte de la coreografía preparada para esa mañana. “Estamos como en la noche de Reyes”, confesaba una de las profesionales que suministraba las vacunas en la explanada. En el interior del Centro de Salud, aguardaban su turno aquellos que se pudieron desplazar por su propio pie para cumplir con su cita. Uno de ellos era José Casado, con 92 años quien salía con su hija del centro. “Eso es lo mejor que hay”, decía muy satisfecho. Inmediatamente después invitaba a que la gente se vacunara. Mientras escuchaba ese mensaje, su hija cada vez estaba más emocionada hasta el punto de no poder articular una frase completa. Sin duda fue un día de muchas lágrimas de alegría fruto de una tensión de meses acumuladas. “Ver la ilusión en sus ojos es el mejor regalo que podemos tener en el día de hoy”, dice Macarena Rodríguez, directora de la Unidad de Gestión Clínica de Arahal y Paradas.

 

Un día importante

Como los vecinos de Paradas y Arahal sabían que era un día importante no perdieron la oportunidad de ponerse sus mejores galas y perfumes. Todos se presentaban en el recinto sanitario impolutos, luciendo bolso o gorra casi sin estrenar. Yolanda, era otra de las enfermeras que estaba de un coche a otro, el comienzo de las jornadas de vacunación lo resumía muy brevemente: “Esto es como a quien le toca la lotería: a nosotros nos ha tocado llena de salud”, decía tras repartir un trozo más ‘de lotería’.

Además, era un día para enmarcar y muchos familiares hacían fotos durante el inyectado. Matilde Balbuena esperaba en su coche la llegada del enfermero, su máxima aspiración es poder abrazar de nuevo a nietos y bisnietos. Quizás este ánimo fuera el que englobase a la mayoría de los vacunados y de los que quedan.

“Sentimos que estamos formando parte de un día histórico en el que, a pesar de que nos queda mucho trabajo y un largo camino por recorrer, hoy iniciamos el principio del fin.”, confesaba la directora de la UGC Arahal-Paradas. “Lo estamos viviendo con mucha esperanza e ilusión a la par que responsabilidad.”, sentenciaba.

Sin duda, quedó para un día para el recuerdo. El sol brillaba en todo lo alto, tampoco era casualidad en un día así. No había acabado la jornada cuando el Centro de Salud recibía la orden para organizar el siguiente ‘reparto de lotería’ entre la población más mayor de las dos localidades. En unos días, muchos más vecinos serán agraciados con el premio más esperado.