Cuatro jóvenes de Arahal se sienten “abandonados” por Renfe cuando se desplazaban a Granada

• Entre los afectados, se encontraban el joven marchador internacional Pablo Rodríguez, su hermano, dos compañeros de su etapa en el club Ohmio (uno de ellos menor de edad) y otras dos jóvenes de Marchena. Tras una incidencia de potencia en el tren en el que iban, se quedaron en la estación de Santa Ana (Antequera) a mitad de la noche esperando un autobús con dirección a Granada «que nunca llegó». Una revisora de dicha estación los acogió en su casa para que pudieran pasar la noche
  
• La compañía ferroviaria manifiesta que ese intercambiador de trenes no está establecido como un enlace oficial y, por lo tanto, no está obligada a poner ningún transporte alternativo. Ante este problema, los jóvenes aseguran que la tripulación les comunicó que serían trasladados en bus en la segunda parte del proyecto
• De momento, les ha sido imposible poner reclamaciones, lo que provoca, junto a los retrasos y otras experiencias negativas, el malestar de estos y otros pasajeros
  

Viajar es, para muchos, uno de los placeres de la vida. Sin embargo, no siempre es así, ya que hay viajes que se terminan convirtiendo en todo lo contrario: en una mala experiencia.

Algo así fue lo que les ocurrió el pasado domingo a algunos jóvenes de Arahal y Marchena cuando se desplazaban a Granada por motivos de estudios.

Cuatro adolescentes de la localidad (el marchador internacional Pablo Rodríguez, su hermano Juanma y otros dos compañeros más de este deporte –uno de ellos menor de edad- cogían por la tarde el tren para volver a la capital nazarí, lugar donde se forman deportiva y académicamente desde hace unas temporadas.

Tenían previsto llegar a Santa Ana, en Antequera, para hacer el transbordo hacia Granada. Sin embargo, tal y como relatan, a la altura de Pedrera el tren sufrió una incidencia de potencia en una cuesta y tuvo que regresar a Osuna. Ahí, mientras resolvían el problema y según informa a este medio uno de sus padres, les dijeron que los llevarían a Santa Ana (Antequera) en otro convoy y después en autobús serían desplazados hasta el destino final.

No obstante, lo primero sí se produjo pero lo segundo no. Una vez que llegaron a la estación antequerana sobre las 11 de la noche, ya había pasado el último tren de AVANT hacia Granada, por lo que la única posibilidad de llegar era en el supuesto autobús prometido (motivo por el cual sus padres no se acercaron por ellos). Pero este no llegó. Pese a pedir explicaciones, no hubo solución al respecto y, por tanto, los jóvenes tendrían que esperar a la mañana siguiente para subir al tren.

Eso conllevaba pasar la noche “desamparados” en la estación de Santa Ana, ubicada en una zona alejada a unos 20 kilómetros de Antequera y a algo más de 4 kilómetros. Algo que no sucedió gracias a la hospitalidad de la revisora de RENFE, la cual, a medianoche, decidió acoger a los jóvenes en su domicilio.

También, según contaba la madre de una joven marchenera al digital La Voz de Marchena, un guarda de seguridad los ayudó en el desplazamiento hasta la vivienda de la trabajadora en Bobadilla. Ya, a la mañana siguiente, cogieron un taxi para regresar a la estación y partir hacia tierras granadinas.

Tras estos hechos, los jóvenes y sus familias llevan días intentando poner reclamaciones online pero afirman que, hasta el momento”, la web no se lo permite. No obstante, insisten en que seguirán intentándolo, ya que padecen un gran malestar y descontento ante esta situación y otras experiencias negativas vividas en el servicio público ferroviario como retrasos en los desplazamientos y reducciones de horarios de los trenes.

Respuesta de RENFE

El ente público ha informado a Medial TV  que el transbordo -obligatorio- en Santa Ana para llegar a Granada no se contempla como «enlace oficial» dentro del recorrido por lo que la pérdida del segundo tren es responsabilidad del viajero que lo ha elegido. Lo único por lo que se podría registrar una queja es por el retraso del primer tren a Antequera, sin contar con el transbordo.

Sin embargo, la respuesta de los trabajadores esa noche, que amparaba con un bus hasta Granada a los jóvenes por el retraso, no se cumplió. Todo un cruce de directrices que está por ver quién asumirá las consecuencias.