El coronavirus obliga a suspender el programa “vacaciones en paz” en Arahal

  • 12 niños del Sáhara iban a pasar el verano en familias de acogida de la localidad. Estas, a través de la Asociación Amigos del pueblo saharaui”, ayudarán a los pequeños y a sus familias con carros de alimentos.

La pandemia ha truncado muchos planes, sueños y proyectos. La llegada del virus ha cambiado las vidas de los ciudadanos y ha obligado a poner en “stand by” las programas e iniciativas de entidades y asociaciones.

Es lo que ha ocurrido en Arahal con la Asociación de Amigos por el Pueblo Saharaui, por ejemplo. Este año, el colectivo ha tenido que dejar en suspenso el proyecto “Vacaciones en Paz” que tantos años lleva llevando a cabo.

De esta forma, una docena de niños saharauis no podrán pasar el verano en Arahal como estaba previsto antes de la llegada de la COVID-19.

En estos días tenían que haber llegado los primeros, pero el cierre de las fronteras y la situación sanitaria lo han impedido. “Las familias de acogida están desilusionadas. Había tres nuevas que tenían muchas ganas y estaban deseando recibirlos. Están sufriendo porque algunas ya conocen a sus hijos adoptivos y piensan lo mal que lo pueden estar pasando los pequeños”, afirma Rafael García, presidente de la Asociación.

Imagen de la recepción de los niños saharauis y bielorrusos de 2017.

Aún así, el colectivo sigue trabajando y ya han empezado a movilizarse para ayudar en la medida de los posible a los niños y sus familias: “la provincia ya envío 80 mil kilos de ayuda humanitaria y,el pasado viernes, nosotros mandamos 350 kilos entre ropa, medicina y alimentación que llegarán a principios de julio y continuaremos aportando desde aquí”.

En esta línea, las familias que iban a participar en el programa van a mandarles un carrito mensual con comida y productos de aseo personal.

Todo este esfuerzo para intentar aliviar la situación que están atravesando los 180.000 refugiados en el Sáhara: “Las familias nos llaman diciendo que lo están pasando muy mal, que les falta agua, yogurt y leche sobre todo”. Al no llegar la ayuda sanitaria con el cierre de las fronteras, esta situación se agrava a pesar de que la pandemia allí está controlada porque han entendido que la única medicina que tienen es quedarse en casa: “Allí muchas personas sufren de asma y no hay aparatos de respiración. Por eso, si hubiese llegado fuerte, el panorama hubiese sido catastrófico”.

Lo dice un Rafael muy preocupado por la situación pero con ganas de seguir luchando. Hace unos meses, justo antes de decretarse el estado de alarma, estuvo, junto con algunos representantes municipales, en el Sáhara para visitar los colegios, hospitales o el campamento del valle de la solidaridad y para poner en marcha un proyecto que tratará de dar alimentación durante un año a una guardería infantil con 167 niños: “Ahora esto está parado por la pandemia, pero confiamos en que se pueda poner en marcha en septiembre”.  

La Asociación hará todo lo posible para que así sea y pide al pueblo que vuelva a mostrar su solidaridad: “sabemos que Arahal lo está pasando mal y aún así ayudará. Por eso, nosotros también nos planteamos también cómo podemos colaborar con Cáritas. Conforme vayamos cubriendo necesidades del Sáhara, estaremos ahí para prestarles nuestra ayuda”.

 

Alejandro Solano Cintado

Periodista, redactor de MedialTV. Presenta los "Servicios informativos" y el programa deportivo "Graderío Sur" en la televisión de este medio.

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