Padre e hijo: dos generaciones defendiendo, a la vez, el escudo del CD Arahal

  • Jonatan y Javier Morilla son, actualmente, jugadores de la entidad del Manolo Jiménez. Este domingo, por primera vez, progenitor (de 38 años) y descendiente (de 21) compartían minutos sobre un terreno de juego, algo histórico e insólito, hasta el momento, en el cuadro blanquiazul.

Alejandro Solano

A lo largo de los años, el fútbol nos ha dejado historias de todo tipo: dolorosas, alegres, de superación, emotivas, surrealistas, dolorosas o incluso inverosímiles y poco probables.

Este domingo, en el estadio “Manolo Jiménez” se producía un hecho poco frecuente en el balompié pero muy real aunque cueste creer: un padre y un hijo jugando en el mismo equipo federado.

Es cierto que la historia del fútbol está llena de casos de descendientes que han heredado, profesionalmente, la misma afición por el esférico que sus procreadores: Maldini, Cruyff, Busquets, Mikel y Xabi Alonso, Thiago y Rafinha Alcántara, Reina, Marco Alonso o, más recientemente, Lucas y Enzo Zidane, Justin Kluivert o Gio Simeone.

Hijos que han alargado el apellido de sus padres durante dos o incluso tres generaciones en el mundo de este deporte. Sin embargo, pocos (o prácticamente ninguno) pueden presumir de compartir minutos oficiales sobre el terreno de juego en el mismo partido.

Javier y Jonatan, hijo y padre, en el estadio Manolo Jiménez con la camiseta del CD Arahal.

Algo que sí pueden hacer Jonatan y Javier Morilla, padre e hijo que defienden la elástica del CD Arahal, un hecho nada habitual en el fútbol. Es verdad que en un mismo equipo pueden encontrarse casos de hermanos, primos u otros familiares jugando juntos (recientemente Iñaki Williams aplaudía desde la grada a su hermano al debutar con el Athletic), pero es algo insólito ver dos generaciones a la vez sobre el rectángulo de juego.

Esto ocurrió en la jornada dominical en Arahal. Por primera vez en la historia del club, un padre jugaba junto a su hijo. Transcurría casi el minuto 92 cuando Jonatan, de 38 años, ingresaba a la cancha en el partido que enfrentaba al Arahal frente al Andalucía Este, correspondiente a la sexta jornada de la fase de ascenso a Primera Andaluza. Su hijo, de 21 años, había entrado desde el banquillo un poco antes, en el 58.

Fueron poco más de 4 minutos en los que ambos coincidieron sobre el verde arahalense, jugando cada uno en una parte distinta del campo. Javier es zurdo y, con el resultado en ese momento de 0-2,  fue utilizado como defensa por la izquierda. Jonatan, en su entrada, ocupó el flanco derecho.

A pesar del marcador y del poco tiempo que tuvo para disfrutar del momento, Jonatan estaba satisfecho: “Tenía esta gran ilusión y la he conseguido. La lástima ha sido el resultado, el cual no me ha dejado disfrutar al cien por cien”, asegura el padre. Javier se muestra también muy feliz por este hecho: «La derrota ha hecho tener un sabor amargo, pero estoy muy contento y orgulloso de que haya sucedido. Cuando ha entrado, estaba concentrado en el partido y no he tenido ánimos para percibirlo bien, pero cuando lo pienso fríamente, aún no me creo que haya tenido lugar».

Un objetivo perseguido desde hace tiempo

Jonatan Morilla, ex delegado de Deportes del Ayuntamiento de Arahal, siempre ha jugado al fútbol. Ha militado en las categorías inferiores del extinto Arahal CF y en las filas del primer equipo blanquiazul en diferentes etapas. También ha defendido la elástica del Santa María de Morón. Al mismo tiempo, ha ocupado funciones de Director Deportivo en la entidad del Manolo Jiménez.

Sin embargo, durante su primera etapa de concejal, dejó de jugar, algo que retomó hace 8 años por un único motivo: jugar al lado de su hijo.

“Cuando él empezó en infantil, decidí volver al equipo. Le dije de broma que no me retiraría hasta que jugara con él, pero jamás imaginé en ese momento que eso se pudiera dar”. Era el año 2013, primera temporada del refundado CD Arahal. 

Por aquel entonces, Jonatan, que también tiene otra hija jugando en las categorías inferiores del Sevilla, tenía 30 años y no estaba en las mejores condiciones físicas para regresar. Sin embargo, decidió, al menos, intentarlo. Para ello, había mucho trabajo que hacer: “he dedicado muchas horas en entrenamientos, he llevado una disciplina en la alimentación y he gastado dinero en preparación. Gracias a todo ello, he llegado a perder 20 kilos”.

El veterano futbolista entrena cinco veces por semana, tres con el equipo y dos con un preparador personal. No obstante, a pesar de ello, no ha tenido suerte con las lesiones. Desde pretemporada ha sufrido un total de cinco, lo que ha impedido que ese esperado momento no se haya producido hasta ahora. «Siendo juvenil, ya habíamos coincidido en 3 o 4 ocasiones en las convocatorias, pero nunca llegamos a estar en el campo. Pero se ha dado y me ahora me parece mentira», afirma Javier.

Una vez alcanzado este sueño para Jonatan, tras mucho esfuerzo y sacrificio, quiere disfrutarlo. Tiene 4 partidos para compartir más minutos con su primogénito, aunque no descarta prolongar un año más su trayectoria deportiva para vivir más vivencias dentro de un campo con él: “Ya veremos qué pasa la temporada que viene”. Está feliz, a gusto y satisfecho. Tanto trabajo ha tenido la recompensa esperada: estar en un campo, compartiendo afición, junto a una de las personas de su vida.

Alejandro Solano Cintado

Periodista, redactor de MedialTV. Presenta los "Servicios informativos" y el programa deportivo "Graderío Sur" en la televisión de este medio.

error: Este contenido está protegido